El colecho reactivo, la nueva sandez del amigo de Estivill.

El colecho reactivo, la nueva sandez del amigo de Estivill.

No he podido, ni he querido dejar pasar la última sorpresa que me he llevado en lo relativo al sueño de los niños: el ridículo nuevo concepto de “colecho reactivo”.

El Dr. Pin Arboledas, pediatra, asesor de sueño de Ser Padres y coautor, junto con su amigo Eduard Estivill, de “Pediatría con sentido común”, nos alerta, en un corto, pero intenso vídeo, sobre el peligro que conlleva reintegrar al bebé en la cama familiar tras haberlo tenido durmiendo solo durante una temporada.

Antes de empezar con el artículo, me gustaría trasladaros una pregunta que me he planteado muchas veces, ¿qué hace un pediatra dogmatizando sobre el sueño? Hasta donde yo sé, se supone que los pediatras trabajan con enfermedades infantiles, buscando las soluciones más apropiadas para sanar a sus pacientes. Teniendo en cuenta que el sueño no es una enfermedad, sino un proceso normal del organismo ¿por qué crear o ver patologías dónde no las hay?

Afortunadamente, hay pediatras con una mentalidad más respetuosa, como Carlos González, que tratan con prudencia el tema del sueño.

El sueño es un proceso natural, progresivo y madurativo con el que todos nos familiarizamos desde nuestra etapa uterina. En sus libros, Carlos González, ha demostrado cómo los bebés y los niños pequeños, por motivos fisiológicos, emocionales y psicológicos, necesitan estar junto a sus padres (principalmente, junto a su madre) durante la noche para mamar, sentirse seguros y poder adquirir progresivamente y de forma sana el hábito de dormir un sueño más o menos largo y reparador. He escrito la expresión “más o menos largo” porque todas las personas, incluidos los adultos, tenemos microdespertares nocturnos aunque no nos acordemos de ellos. Así pues, ningún ser humano duerme toda la noche de un tirón, por más que algunos pediatras, psicólogos y supuestos expertos en sueño intenten hacer ver que eso es verosímil. Y menos probable aún es el hecho de que bebés y niños pequeños duerman toda la noche seguida, pues en ellos, los microdespertares, además de para alimentarse, se producen como mecanismo de defensa para cerciorarse de que están fuera de peligro. Resulta obvio que sin Mamá, Papá o cualquier adulto cerca, ese microdespertar, se acaba convirtiendo en despertar y llanto de alerta. Sería algo así como, “Mamá ven que estoy solo y un depredador puede acabar conmigo mientras duermo. Mamá, ven conmigo y cuídame mientras duermo”. Si Mamá no está cerca, si estoy solo y a merced de los peligros, desde luego, me costará adquirir un hábito saludable del sueño pues mi instinto de supervivencia es más fuerte que el cansancio. “Duermo alerta, me despierto más veces y mi sueño es más ligero que el de otros niños porque tengo miedo”.

Realizada esta breve aclaración, pasemos a analizar la nueva perla del tándem Pin-Estivill.

Las consecuencias del colecho reactivo - Ser Padres
Las consecuencias del colecho reactivo – Ser Padres

En el vídeo, el Dr. Pin se refiere al colecho en estos términos: el colecho educativo es el que los padres deciden antes de que el bebé naciera… es absolutamente respetable, cada uno tiene el derecho a educar como crea mejor. Esta manera de comenzar el vídeo fue la que me decidió a seguir viéndolo. El gesto y la inflexión al decir lo de que “cada uno tiene el derecho a educar como crea mejor” me sonó al tono condescendiente de superioridad del que piensa en el colecho como una moderna extravagancia hippie.

Por otro lado, esa frase, también es la que utilizan muchos padres y profesionales para justificar cualquier tipo de maltrato en la infancia. Los defensores del uso del cachete y los castigos en le educación se amparan en que nadie tiene derecho a meterse en lo que ocurre dentro de cada casa. Mi opinión es que, en la crianza, el fin NO justifica los medios y nunca hay motivo para maltratar a un niño. Decidí continuar con el vídeo hasta el final, pero algo escamado por esta introducción.

El equipo del Dr. Pin ha comprobado que el colecho se triplica a partir del segundo semestre de vida del bebé y define el colecho reactivo como ante una serie de cuestiones que me plantea el hijo, no puedo más y lo introduzco en mi cama. Este es el colecho que los profesionales de la salud creemos que no es correcto y que tiene consecuencias en cuanto al desarrollo… y tenemos datos sobre esto

¿Qué cuestiones son esas que plantea el bebé? ¿Que llora cuando le dejan dormir solo en la cuna? ¿Cómo que “no puedo más y lo introduzco en mi cama”?

No estamos hablando de una lucha de poder. El bebé no llora por capricho, lo hace  porque está implorando que le sean cubiertas unas necesidades fisiológicas y emocionales básicas legítimas y naturales. El bebé humano, al nacer, es un cachorro indefenso, físicamente incapaz de valerse por sí mismo. El bebé, depende por completo de sus padres para sobrevivir y como consecuencia de esta debilidad física, si no es arropado y protegido, se siente en verdadero peligro de muerte. El bebé sabe que su supervivencia depende de la presencia de sus padres y llorará para reclamar su presencia si se siente solo. Un bebé no llora para manipular ni para doblegar a sus padres, lo hace porque siente verdadero pánico cuando se da cuenta de que no hay nadie junto a él para protegerle.

Los padres que llevan de vuelta a su bebé a la cama familiar no son padres que han “sucumbido” a las presiones y chantajes del bebé, como nos quiere hacer ver este pediatra. Son padres que, constatando el sufrimiento de su bebé, han decidido informarse y rectificar sus costumbres. En su búsqueda de soluciones, han decidido hacer caso a su instinto y dormir con su hij@. Debemos apoyarles, en lugar de asustarles con estudios absurdos y medias verdades.

Las posibles consecuencias del colecho reactivo hay alteraciones en la estructura del sueño… hemos visto que cuando se produce el colecho reactivo, disminuye la fase REM. La fase REM es la que permite al niño fijar en la memoria lo que aprende por el día y la que le permite controlar un poco sus impulsos.”

Con este tipo de aseveraciones alarmistas, lo que consigue el Sr. Pin es asustar a los padres y tenerles bajo el control del supuesto saber científico. Algo así como “¿me está diciendo que si meto a mi hijo en la cama, tendrá problemas de memoria? Por favor, doctor, dígame lo que tengo que hacer”.

¿Controlar sus impulsos? ¿Pero qué estamos diciendo, señores? ¿Qué impulsos tiene que controlar un bebé de tres meses? Los neurólogos que estudian el desarrollo del sistema nervioso nos dicen que es a partir del segundo o tercer año cuando se desarrolla la corteza prefrontal, que es la que permite al niño empezar a controlar los impulsos que llegan de las zonas más profundas del cerebro. Sue Gerdhart lo explica perfectamente y dice, además, que el desarrollo del córtex prefrontal se ve estimulado por los cuidados, las caricias y los mimos que haya tenido el bebé durante sus primeros años de vida, incluyendo el colecho.

 

Más problemas del colecho reactivo: “Se produce un mayor número de microdespertares. Es un sueño de menor eficiencia, de menor calidad.”

¿Y esto es un problema? Yo lo veo, más bien, como una consecuencia lógica de la gran inteligencia del bebé humano. Si le han dejado solo durante sus primeros meses de vida, justo cuando está más desprotegido, el bebé tardará un tiempo en recuperar la confianza en sus padres. Puesto que, ¿quién le asegura que no le volverán a dejar solo si ya antes lo hicieron?. Su vida depende totalmente de ellos y tiene que estar más atento para comprobar que siguen con él y no le han abandonado. Tras estas vivencias traumática, resulta totalmente lógico que esté más inquieto y se despierte más veces durante la noche.

Y sigue el doctor: “el colecho reactivo deja entrever, en algunas ocasiones, que se está estableciendo un tipo de apego no seguro, un tipo de apego dependiente.”

Seguro que en los primeros momentos, cuando llevas a tu hijo a la cama, tras haberlo tenido tres meses durmiendo separado de sus padres, el bebé estará más inquieto y será más demandante. A medida que compruebe que sus padres están ahí y que no le vuelven a abandonar, se irá calmando y volverá a sus patrones de sueño normales para un bebé. Todos los seres humanos, tras un trauma, necesitamos tiempo para recuperar nuestra autoestima y la confianza en los demás. Los bebés también.

Me gustaría saber si han estudiado qué sucede con esos bebés cuando tienen uno o dos años y han seguido durmiendo con sus padres. Quizás va en contra de sus intereses y prefieren quedarse con la primera parte del estudio, alarmar a los padres y forzarles a que devuelvan al niño a la cuna.

Y la guinda: “el colecho reactivo no deja de ser el reflejo del tipo de educación que está recibiendo por el día, en cuanto a dependencia/no-dependencia, en cuanto al establecimiento de límites educativos o no límites educativos”

Al final, salió el ramalazo conductista y autoritario. Se desenmascaró el lobo de bata blanca. Ha tardado menos de dos minutos en aparecer la idea de que los padres que duermen con sus bebés son unos permisivos y no saben establecer límites. Son los típicos argumentos patriarcales y adultocentristas: el bebé no puede dominarte, hay que enseñarle desde pequeñito que la vida es dura, tiene que vivir momentos de frustración, etc. Si lo que quieren declarar es que sería mejor devolver al niño a su cuna y dejarle llorar hasta que se duerma por agotamiento y aprenda quién es el que manda y pone las normas, deberían decirlo abiertamente, en lugar de estudios sesgados y torticeros.

El tema de fondo no es el colecho, sino el control y el sometimiento del bebé desde sus primeros meses de vida. Les hace daño ver a un bebé libre que es capaz de expresar sus necesidades, necesitan doblegarlo cuanto antes. También les molesta que la mujer se convierta en madre y le dedique todo su tiempo y amor a su bebé, dejando durante unos meses “menos atendido” al Padre. Además, la idea de una madre y un padre amorosos y protectores, choca de raíz con el poso milenario de crianza violenta con el que muchos de ellos han sido educados.

Por otra parte, me resulta muy preocupante que una revista como Ser Padres, que llega a tanta gente publique este tipo de noticias sesgadas que no hacen más que confundir a los padres en una época tan sensible como es el primer año de su hijo.

Señores profesionales, pediatras, psiquiatras y psicólogos, si hay padres que han rectificado su primera decisión de dejar dormir al niño solo en la cuna y deciden reintégralo a la cama familiar, no les asustemos, ni les demonicemos. Dejen ya de amenazar y manipular con verdades a medias. En lugar de eso, debemos animar a esos padres, ofrecerles datos sobre los beneficios del colecho, apoyarles, decirles que tengan paciencia, que es normal que al principio, el bebé esté más nervioso, pero que se tranquilizará gracias a su compañía, su calor, la leche de su madre, etc.

 

Texto: Ramón Soler

Foto: flickr sundaykofax

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Acerca del autor

Ramón Soler Ramón Soler - Psicólogo Colegiado Sanitario experto en Terapia Regresiva Reconstructiva, Hipnosis Clínica, Psicologia Pre y Perinatal, Psicología infantil y Psicología de la Mujer. Escritor, Divulgador y Conferenciante. En la actualidad pasa consulta Online para todo el mundo y Presencial en Málaga (España). Compagina esta labor con la de Codirector, Autor y Administrador de este Blog. Puedes visitar más sobre su trabajo como Psicólogo en : www.regresionesterapeuticas.com